Un ateo que se llama a sí mismo como "Marcos el Incrédulo", ha estado en su propia misión de visitar diferentes iglesias para darle puntuación por las cosas buenas que ve en ellas, y aprender qué es lo que enseñan desde el púlpito. Con su idea de que las religiones han hecho más daño que bien, y viendo que muchos actualmente señalan que las Iglesias están haciendo muchas cosas buenas, quiso entonces saber por sí mismo que tan cierto sería eso.
Como parte de esta misión, el incrédulo Marcos visitó un barrio SUD en Washington y calificó el servicio utilizando la escala que utiliza para evaluar cada iglesia que visita: Una puntuación en función de si la iglesia enseña a sus miembros a 1) ser bueno para con sus semejantes, 2) ayudar a su comunidad y 3) ser bueno con ellos mismos. También incluyó una calificación de "Consejos Buenos y oportunos."
A continuación su experiencia por nuestra Iglesia.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Traducido por Hernán Felipe Toledo, de The Washington Post.
Esta mañana ha sido una de esas mañanas típicas en Seattle. Estaba más o menos oscuro, muy nublado y fresco. No hubo frío, pero tampoco calor. Las nubes de arriba amenazaban lluvia, pero probablemente no se molestaron en poner esfuerzo.
Por todo lo que la gente se queja sobre el tiempo de Seattle, aun así me gusta. Este tipo de clima es perfecto para largas caminatas, sin acalorarse.
Mi ida a la iglesia mormona fue alrededor de dos millas y media, un poco menos de una hora de caminata a mi ritmo… Llegué a la iglesia y entré.
Realmente su interior no se parece a una iglesia típica. Es más bien una especie de centro comunitario. Hay una capilla a un lado, y un montón de salas de reuniones, oficinas y similares. Entré en "modo de visitante confundido", lo que hago a menudo cuando voy a una nueva iglesia, y recorriendo el lugar con mirada perdida. Estuve dando vueltas arriba, donde había oficinas para funcionarios de la iglesia, aulas y una especie de reunión de oración que estaba en marcha, y un tipo me preguntó si me podía ayudar.
Le dije que era nuevo, que no tenía idea de lo que estaba haciendo o dónde ir, y que estaba esperando el servicio de las 11:00 am, así que estaba simplemente paseando. Resulta que él era el presidente de “algo” (del Barrio Parque de Washington tal vez? Los mormones tienen una gran cantidad de presidentes de “cosas”), y él me presentó al ex obispo del Barrio Parque de Washington y dos misioneros muy pequeños que ostentaban el título de "Elder".
Ahora, en otras iglesias, un obispo es un funcionario de alto rango al que uno podría besar su anillo o una genuflexión semejante, pero en la iglesia mormona, un obispo es sólo un voluntario que sirve como una especie de guía para el barrio. Un barrio es un grupo de personas que se reúnen en oración. Esta capilla tiene tres barrios que se reúnen en ella. Un conjunto de barrios se llama estaca. Una estaca es algo así como un distrito.
Uno de los misioneros se sentó conmigo durante el servicio, y desde que era tan temprano, pudimos tener una agradable charla de antemano, y he aprendido bastante sobre el dogma y el ritual de la iglesia mormona. Yo no voy a detallar este tema… pero él era un tipo muy agradable y me alegró haber tenido la charla con él. Fue un poco raro eso sí, referirme a alguien como “anciano” (élder) que tenía más o menos la mitad de mi edad.
El interior de la capilla era bastante espartano. No había cruces, o cualquier otra parafernalia religiosa de manera visual. Muy parecida al Salón del Reino de los testigos de Jehova que yo había visitado antes. Y al igual que los testigos, los mormones se ponen a obrar sin mucha fanfarria o ritual.
Cantaron un himno, tuvimos una breve oración, unos pocos anuncios sobre asuntos de la iglesia, y luego otro himno antes del primer orador, seguido de otra canción, otro orador, un himno de cierre, y luego una oración para ir a casa. En un momento fue la comunión, a la que llamaron Santa Cena, en la que la carne y la sangre de Cristo, fueron llevadas a la congregación.
La carne de Jesús mormona sabe a pan, y la sangre como agua del grifo con demasiado cloro. El Jesús de Mars Hill sabía mucho mejor. Ahora, si yo tuviera una iglesia, mi Jesús sería como nachos y salsa, sólo un decir.
Pero lo que realmente quiero hablar aquí es sobre el mensaje de los sermones. Para mi grata sorpresa, fueron en realidad bastante buenos y tenían mucho más que un sentido humanista secular...
Los oradores no son clero capacitado. Por lo que yo pude ver, nadie es clérigo entrenado. Nadie tenía un grado en teología o divinidad. Eran miembros de la iglesia, que se atrevieron a pararse delante de todos y predicar. No estoy seguro de cómo se escogen, no pensé en preguntar acerca de eso, pero puedo imaginar que el Presidente del Barrio, probablemente tiene algo que decir en el asunto.
El primer orador fue una mujer que habló un poco acerca de la acción de gracias… La mayor parte de su tema era acerca de dar gracias al Señor, pero también dijo algo que ha golpeado en uno de mis criterios: Mostrar aprecio es un buen galardón que refuerza el buen comportamiento en la sociedad. Animar a la gente a hacer cosas buenas vale un punto.
El segundo orador habló de servicio. En concreto, habló de servir a su familia, el servicio a su Iglesia, y el servicio a su comunidad. El servicio a la iglesia en realidad no calificó en mis criterios, pero los otros dos puntos sí. Estar bien presente para la familia es un buen mensaje. Salir y hacer cosas buenas en su comunidad es exactamente lo que estoy buscando, y hasta ahora no he escuchado este mensaje en otro lugar, con la excepción de Beth Shalom, donde el rabino animó a la gente a donar sangre.
Yo había ido a la iglesia mormona con un montón de ideas preconcebidas sobre lo que iba a ser todo. Nadie estuvo más sorprendido que yo, al encontrar algo convincente en su mensaje. Me esperaba algo más como mi experiencia con los Testigos de Jehová: todo sobre convertir, glorificar a Dios, y profecías del fin de los tiempos. Y por cierto, esas cosas son un foco particular de su dogma. Pero lo que realmente predican en la iglesia mormona es un mensaje de valores humanistas honestos.
Estoy contento de haber estado equivocado acerca de ellos, y desearía más iglesias que tengan mensajes similares.
Esto va a sonar como que soy un tipo desagradable, pero si yo fuera un mormón, trataría de encontrar un barrio para unirme en el que hubiera la menor cantidad de niños, si eso fuera posible. Se enorgullecen de tener a sus hijos allí mismo en las bancas con ellos, pero es increíble el mucho ruido que hicieron. A veces me era muy difícil concentrarme en el mensaje.
Así que mi evaluación queda así:
Puntos a favor:
Ser bueno con el prójimo: 2 puntos (bondad, caridad)
Ayudar a la comunidad: 2 (voluntariado, más caridad)
Sea bueno con usted mismo: 0 (no se menciona)
Consejo bueno y oportuno: 0 (no se menciona)
Total: 4
Supera los católicos por 1 punto.
Al día de hoy, el nuevo marcador que los mormones deben vencer:
Puntos en contra*:
Los niños ruidosos (-2 puntos)
Padres que no sacaron del salón a sus hijos ruidosos y “estrangularles” (-2 puntos)
Total de puntos en contra: -4
* No es parte de la puntuación total real.
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