Si Dios es Eterno ¿cómo es que fue un hombre también?

Para responder mejor a esta pregunta, comenzaremos con la doctrina de la Divinidad como se describe en nuestro primer Artículo de Fe: "Creemos en Dios el Padre Eterno, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo". Desde el sitio web de nuestra Iglesia podemos leer lo siguiente, “Estos tres seres componen la Deidad. Presiden este mundo y todas las demás creaciones de nuestro Padre Celestial”.

Se trata de tres individuos distintos con cuerpo e inteligencia propios. Esta doctrina y enseñanza surge de la primera visión de José Smith donde se le aparecieron Dios el Padre y Jesucristo. Fueron vistos como dos seres separados cuyo brillo y gloria desafiaban toda descripción. Podemos confirmar que Dios el Padre, su Hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo son todos seres eternos.

En referencia a Dios Padre, no se dice mucho en nuestras escrituras canónicas sobre su vida y existencia. Nosotros, como miembros, sabemos exactamente de dónde proviene la idea de que fue hombre: “El discurso de King Follett”. Esta es una enseñanza que se considera una posibilidad dentro de la Iglesia, pero también reconocemos que puede ser cierta o no. Simplemente aún no hemos recibido más luz y conocimiento acerca de Dios el Padre, pero el concepto de que Dios fue una vez hombre puede entenderse a través de la comprensión del Hijo. La vida de Jesucristo hace realidad esta afirmación.

Repasemos una cita del anterior profeta Lorenzo Snow, quien dijo: “Como es ahora el hombre, Dios fue una vez: como es Dios ahora, el hombre puede llegar a ser”. Ahora, hagamos un cambio simple a esta cita que aclarará la realidad potencial de esta cita: “Como el hombre ahora es, así [Cristo] era una vez…” Esta afirmación es objetivamente cierta y no se puede negar. De las Escrituras se desprende claramente que Dios (Jesucristo) nació de María, lo que confirma que Cristo fue una vez hombre, como lo es ahora el hombre. Tenía un cuerpo de carne y hueso. Tenía una obra que cumplir ya que fue enviado por su Padre.

Al contemplar la vida de Cristo, creo que es bastante claro y simple cómo un ser eterno puede convertirse en hombre (carne y sangre) y cómo a través de Cristo podemos ser exaltados y estar con él y el Padre, a su diestra.

Fuente: Clay Gorton