Stephen Hawking: Tan Lejos y a la vez tan Cerca de Dios




por José Verano Silvera
Podríamos considerar a Stephen Hawking como una de las mentes más activas del último siglo, este notable físico británico se une a la lista de personas influyentes en el mundo que son referente inmediato para aquellos que no creen en Dios; es muy fácil poner de muro una frase de Hawking, Nietzsche, o Darwin para justificar lo innecesario de un creador, pero lo que poco se sabe es que pese a ello, estos hombres de ciencia han tenido en vida una fuerte lucha interna entre creer o no en Él, y aquello es evidente en cada una de sus biografías.
Hawking era lo que para la mayoría se podría considerar un milagro médico. Se le detectó esclerosis lateral amiotrófica a los 21 años, el pronóstico de vida que le dieron fue de tres años, no obstante lo superó con amplitud. Aunque su cuerpo fue perdiendo movilidad con el pasar de los años debido a la enfermedad y ya solo podía comunicarse mediante una computadora y postrado en una silla de ruedas, Hawking consideraba tenía un espíritu fuerte, de hecho podemos aprender mucho de algo que dijo en una conferencia en Hong Kong en 2006:
“La vida es una cosa maravillosa y hay tantas cosas por hacer, no puedes permitirte estar discapacitado en espíritu a la vez que físicamente”’


Tengo la opinión de que lo que pasaba con Hawking respecto a Dios era lo que con Nietzsche y Darwin. Buscaban un milagro, una explicación para el sufrimiento aparentemente injusto de los seres vivos, hallaban contradictorio y perturbador en lo personal, saber que todo apunta a que debería haber un Dios, pero a la vez el sufrimiento en la tierra inexplicable a veces para ellos, conducía su pensamiento a desestimar la idea. Darwin, Naturalista y de formación fuertemente religiosa (Iglesia Anglicana e Unitarista), cuestionaba el sufrimiento de los animales y fue aquello en suma lo que lo inspiró a escribir “El origen de las especies”. Nietzsche por su parte, hijo de un pastor luterano, quedó huérfano de padre a los cuatro años y tan solo un año después su hermano menor también fallecería. Atormentado desde temprana edad por la Sífilis y rechazado sentimentalmente por una poetisa quien sería su único y gran amor, se dedicó a cuestionar la existencia de un Dios lejano para él en todos sus aspectos respecto al hombre. Hoy en día gracias al Evangelio Restaurado todas sus preguntas respecto a Dios tendrían respuesta.
Por su parte la relación Amor-Distancia en Hawking comenzaría a ser notoria para el mundo con la publicación del libro “Una Breve Historia del Tiempo”, en 1988. El astrofísico señalaba que “si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios”.
En un artículo publicado en Deseret News en 2011 podremos comprenderlo:
“Cuando el físico británico Stephen Hawking entró en el auditorio de Caltech en Pasadena, California, la multitud se volvió loca. Los Angeles Times informó que un fanático, Evan Hetland, de 13 años, incluso lo apodó “el papa nerd”.
Hawking era de alguna manera el niño mimado de algunas personas religiosas por sus ocasionales referencias a Dios, como cuando dijo que si se descubría una teoría completa de la física, entonces “conoceríamos la mente de Dios”. (“In the beginning: Stephen Hawking’s new book dismisses God’s role in our universe”).
Sin embargo con el tiempo, quizás por el escozor provocado en parte de la comunidad científica atea, o tal vez a causa de la larga espera del milagro que lo empuje definitivamente a reconocer a Dios como el primer ejecutor del movimiento que originó todo lo creado, Hawking se alejó de su postura inicial. Y en su libro posterior (2011) “El Gran Diseño”, sentencia que la física moderna ha hecho obsoleta la necesidad de Dios.


“La ignorancia de las formas de la naturaleza llevó a la gente en la antigüedad a postular muchos mitos en un esfuerzo por dar sentido a su mundo”, escribieron Hawking y Mlodinow.
Esos mitos (léase “religiones”) dieron paso a la filosofía y ahora – ¡tadah! – La filosofía ha dado paso a la ciencia moderna. En la introducción, Hawking dice que “La filosofía ha muerto” porque no se ha mantenido al día con los avances modernos en la ciencia.
James E. Faulconer, profesor de filosofía, y Richard L. Evans, profesor de comprensión religiosa en BYU, no están de acuerdo.
“Fue una línea descartable”, dijo Faulconer. “Muy poco de filosofía se trata de descifrar el universo”. (“In the beginning: Stephen Hawking’s new book dismisses God’s role in our universe”).
En respuesta a las últimas afirmaciones de Hawking el artículo de Deseret News publicado en 2011, aclara lo siguiente:
“…Faux, quien es un mormón, dijo que el trabajo de la ciencia es enseñar cómo funcionan las cosas en la naturaleza. “La religión enseña acerca de un significado superior en la vida, algo a lo que la ciencia no puede llegar”.
El filósofo de BYU Faulconer dijo: “Los científicos tienen una explicación circular del mundo. No se hace referencia a nada más allá de lo empírico, así que no encuentran nada más allá de lo empírico”. Dijo que Dios no es un concepto empírico y que las personas religiosas necesitan mirar más allá de lo empírico, más allá de las cosas que se pueden observar y medir, para saber que hay un Dios. “No deberíamos sorprendernos cuando la ciencia no puede encontrar a Dios”, dijo Faulconer…
Hawking ve una creación científica mecánica que no deja nada para que Dios haga. Faux cree que a Hawking le falta el punto principal. “Él hace una presunción de que sabemos cómo funciona Dios. Pero no sabemos cómo creó Dios la tierra o el universo”.
Faulconer ve el otro lado de la ecuación también. “No puedo argumentar sobre la existencia de Dios en base a lo que la ciencia acepta. La ciencia da una explicación perfectamente adecuada del mundo para ciertos propósitos”.
La ciencia enseña cómo funcionan las cosas en la naturaleza. La religión, según Faux, enseña sobre el significado y el propósito superior.
Barr ve las explicaciones de Hawking, no como una conclusión científica, sino como una historia como las contadas en la antigüedad. Pero incluso si su historia particular es verdadera, no excluye a Dios. “No elimina el hecho de que el universo que da vida es algo extraordinario”, dijo Barr.” (“In the beginning: Stephen Hawking’s new book dismisses God’s role in our universe”).
La vida de Stephen Hawking ciertamente ha sido de gran importancia para la humanidad, su espíritu y su entrega han sido loables para enseñarnos acerca del cómo vencer la adversidad de una enfermedad dura y como llegar a descubrir sin temor varios de los misterios de la ciencia. He leído parte de sus publicaciones y mi impresión siempre ha sido la misma que al repasar a Nietzsche, o Darwin, creo que sus almas tenían hambre de una verdad más perfecta, de una explicación celestial a todo lo que a pesar del conocimiento para ellos aún era incomprensible. En lo más profundo de su ser él alguna vez creyó en la posibilidad de la existencia Celestial, hoy más cerca que nunca de Él, podrá completar sus teorías, comprender con sencillez el universo y por fin, llegar a conocer la mente de Dios.





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Hernán Felipe Toledo

Ingeniero, viajero, creador de comunidades y amante de difundir inspiración. Actualmente sirve en una Presidencia de Estaca.

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  1. Interesante reflexiones acerca de estos grandes hombres. Me quedo con esta frase "En lo más profundo de su ser él alguna vez creyó en la posibilidad de la existencia Celestial, hoy más cerca que nunca de Él, podrá completar sus teorías, comprender con sencillez el universo y por fin, llegar a conocer la mente de Dios."

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