Emocionante Carta de una misionera sobre una experiencia que tuvo con el Salvador



Como misioneros, o como miembros de la Iglesia, muchas veces nos preguntamos por qué poner tanto esfuerzo cuando vemos poco o nada de resultados. Para una misionera, un momento crítico y abrumador vino después de tal lucha, y se dio cuenta de que el Salvador nos da la fuerza que necesitaremos para seguir adelante. Lo que sigue es un extracto de la carta de una misionera del libro Missionary Miracles: Stories and Letters from the Field  compilada por Chris Stewart con John Crowley:
Esta semana he tenido algunas experiencias interesantes pero un momento definitivamente fue particular. El jueves, la hermana Dutiro y yo recibimos la lista de  inactivas por parte de la presidentea de la Sociedad de Socorro y pasamos el día tratando de encontrar a las hermanas inactivas. Ambas nos sentimos impulsadas a ir a ciertos lugares, así que seguimos el Espíritu y fuimos - pero no tuvimos éxito. Fue un día muy frustrante, lleno de "caídas". Cuando empezamos el largo camino a casa, no pude evitar sentirme desanimada. El camino se iba haciendo cada vez más y más largo y mi fuerza cada vez más débil. Pensé, ¿POR QUÉ? ¿Por qué no pasaron cosas hoy? Seguimos al Espíritu, pero ¿qué bien había hecho? La conversación siguió en mi cabeza:
Impresión: "Fuiste obediente, ¿no?"
Yo: "Sí, pero no hubo resultados".
Impresión: "Entonces, ¿por qué necesita resultados? ¿No es suficiente tener fe de que estabas en el lugar correcto en el momento adecuado? "
Yo: "Sí, supongo que sí, al menos sé que puedo ir y hacer", pero estoy muy cansada! ¿Mi esfuerzo realmente valió la pena? "
Impresión: "¿Por qué te levantaste de la cama esta mañana? ¿Por qué "gastaste tu energía" siendo obediente?"
Yo: "Porque amo tanto al Señor. Pero nunca podré mostrarle cuánto lo amo. No puedo dar lo suficiente. No puedo creer que tenga que caminar mañana a Kamwala. ¡No tengo la fuerza! Amo a mi Padre Celestial, y sé que necesita que vaya a Kamwala mañana, pero no puedo! "
No es necesario decir que en ese momento estaba llorando. Entonces una imagen vino a mí, era yo arrodillada junto a los pies de mi Padre Celestial, sollozando, diciendo: "Te amo tanto, pero no tengo la capacidad de mostrar ese amor. ¡Lo que sea que dé nunca será suficiente!
Entonces vi al Salvador arrodillado junto a mí y le oí decir: "Padre, la amo tanto que todo lo que ella no puede dar, lo compensaré. Por favor acepta la oferta."
Una de las mayores estrategias de Satanás es hacerme pensar que la Expiación es sólo para grandes pecadores, pero la gente en el camino correcto tiene que hacerlo por sí misma. Ahora tengo una comprensión real de la Expiación del Salvador y cuánta fuerza puedo y debo ganar de ella.
Fuimos a Kamwala al día siguiente, y fue genial. Cuán agradecida estoy por la Expiación. ¡Qué real es! Y no es sólo una cosa de uso único. La fuerza viene a diario, incluso a cada hora, de este regalo precioso. Sé que nunca tendré suficiente, pero está bien si confío en mi Salvador, Jesucristo, para compensar la diferencia.


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Hernán Felipe Toledo

Ingeniero, viajero, creador de comunidades y amante de difundir inspiración. Actualmente sirve en una Presidencia de Estaca.

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  1. Amada hna. Gracias por compartir tu experiencia conmigo. Soy nueva conversa a penas voy para un año. Y siempre hablo a las personas de Lo feliz que soy desde conocí la verdadera iglesia. Y me gusta mucho trabajar historia familiar. Un dia regresaba de mi trabajo, algo cansada pero en vez de dormir decidí escribir a una prima y conseguir nombres de familaires. El señor que iba a mi lado en el bus me llamo la atención. Y decidí hablarle un poco de lo que estaba haciendo. Y le hable de lo Feliz que era en la iglesia. Y como Jesucristo había cambiado mi vida. Este hno. No pudo callar más y me dijo. Hna. Se de que me hablas. Soy un miembro inactivo dw la iglesia. Y yo me sorprendí mucho. Me empezó a hablar y entonces recordé el libro de historia familiar que me regaló mi maestra de clases para el templo. Y le dije acá tiene para que trabaje en sus antepasados. Había conseguido esa persona. Por otro lado le dije. Lo espero el domingo en la Capilla y ese domingo después de un año regresó a la Capilla. Y le pasaron muchas cosas especiales. Su Obispo y hnos. Que en otro tiempo habian sido sus Obispos discursaron ese día. Y al salir de la sacramental me buscó. Y me contó lo que les dije antes. Pensé que hasta allí era mi trabajo y que lo demás era tarea del Obispo y el sacerdocio. Pero le invite a un devocional en nuestro barrio y fue con buen ánimo. Y ayer le volví a ver y en sus palabras sentí tanto desánimo, pensé no creo poder ayudarle más. Y llegue a casa y lloré amargamente por no poder hacer más y recordé la expiación de nuestro amado Señor Jesucristo y como mi padre me habia hablado tan hermoso en Mosiah 3 en la tarde. Y no me sentía con fuerzas. Y le escribí al hno. Diciéndole que ya habia dado mi parte y que el tenía que seguir. Y él automáticamente se volvio a desanimar. Y me escribio de vuelta y me dijo que ya no me preocupara que no era mi culpa su desanimo y que eran años de sentir lo mismo. Fue cuando entendí que no podía dejarle sólo y que debía demostrarle que no estaba solo y que seguiría teniendo mi apoyo. Y que yo también le necesitaba. Ahora al leer su testimonio. Mi Padre Celestial me ha hecho darme cuenta que no es en mis fuerzas. Y que él tiene todo dispuesto. Que solo debo confiar, orar y creer. Porque él me dará las fuerzas y el ánimo para apoyar a los hnos y hnas inactivos.
    Gracias amada hna.

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